martes, 30 de diciembre de 2008

EL EQUILIBRIO DE UN VERDADERO CRISTIANO.

Comentaremos con la sabiduría del Dios vivo el andar de un verdadero seguidor de Cristo,de acuerdo a el testamento que nos dejo como herencia nuestro Salvador.
En su palabra nos dice que conoceremos la verdad y esta nos hará libre, sabemos que al nacer en el espíritu,tendremos vida espiritual y andaremos en el espíritu.
Cuando nuestro Maestro fue al cielo a reunirse con nuestro Padre dijo: os conviene que yo me vaya ;porque si no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviare.
Y cuando el venga,convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
Nuestro Señor Jesucristo vino de arriba, por lo tanto El tenia que volver al lugar de donde fue enviado por el Padre, nuestro Dios es sacerdote eterno, el era antes, ahora y después.
Si el Padre venia a estar con los hombres por medio de su hijo Jesucristo,este no podia quedarce en la tierra para siempre pues su gloria tenia que volver al lugar Santo, pero en su gran amor por medio de su Hijo el Padre envía el Consolador, el Espíritu que es Santo, esta era una promesa para su pueblo, para todo aquel que creyera en su promesa.
¿Pero cual era la misión del Espíritu Santo ? La misión del Espíritu Santo era la obra redentora en los hombres,conversernos de pecado y guiarnos al reino de Dios.
La verdad y la justicia nos es revelada por el Espíritu Santo, esta es su palabra escrita en su testamento eterno, dejado aquí en la tierra, el cual les fue revelado a los discípulos que el llamo, aparto y santifico para que hablaran y enseñaran su palabra hasta lo ultimo de la tierra.
Como podemos ver, el Padre siempre a querido estar con su creación, sus hijos , lo que el creo.
Podría el Padre haberse olvidado de los hombres a causa de que vino a nosotros por medio de su Hijo y su creación no le recibió, ni tampoco los eruditos de la palabra le creyeron que era Dios con nosotros, el Padre glorificado en su Hijo, aun con toda la rebeldía de su pueblo, Dios quiso estar con nosotros, con su Espíritu Santo.
Parte de la Trinidad misma se hace presente en la tierra para sujetar la maldad, y esto se hará por medio de aquellos que confiesen sus pecados y se reconsilien con el Padre por medio del Santo mediador Jesucristo, quien decea
que todos se arrepientan de su maldad y pidan al Padre el Espíritu Santo de su Hijo Jesucristo, quien les hará libre para que conoscan la verdad y sean justos ante el Padre.
El Espíritu Santo es el candelero ardiente que nos hará saber los misterios divinos del Padre, quien nos santificara y edificara para llegar a la unidad como pueblo llamado y escogido por Dios.

AMEN